Dos trabajadores de un taller mecánico de Berantevilla (Álava), concretamente su gerente y el jefe de taller, han sido condenados a 18 meses y un año de prisión, respectivamente, por un delito contra el derecho de los trabajadores y otro de lesiones por imprudencia grave.

Según informa el Poder Judicial, en enero de 2010 un empleado de la empresa se encontraba quemando documentación antigua de la empresa en unos bidones sin protección ni equipos ignífugos. Entonces, uno de los acusados vertió en los bidones un disolvente universal para acelerar el proceso.

Todo esto provocó una explosión que afectó a la cara y parte del cuerpo del empleado, que sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en el 40% de su superficie corporal.

La sentencia acordó la suspensión de la pena de cárcel para ambos acusados si no delinquen durante dos años y pagan una indemnización de 160.000 euros por lesiones y secuelas.