Electromecánica | Un mal mantenimiento afecta al funcionamiento del ESP

Neumáticos, pastillas de freno o amortiguadores influyen en la respuesta de este sistema.

Un mal mantenimiento afecta al funcionamiento del ESP
Un mal mantenimiento afecta al funcionamiento del ESP

Todo taller de reparación sabe que el mantenimiento preventivo no sólo consigue que sus clientes eviten costosas averías sino que es fundamental para su propia seguridad y la del resto de usuarios de la vía.

¿Y cómo convencer al usuario de su importancia y de que visite con regularidad el taller? Cargarse de argumentos es fácil. Como en toda máquina, los elementos del vehículo trabajan en perfecta armonía y si alguno de ellos falla, se puede producir un error en cadena que acabe en desastre.

Esto puede suceder, por ejemplo, con el Control Electrónico de Estabilidad (ESP o ESC), uno de los elementos de seguridad más importantes del vehículo. Su buen funcionamiento puede llegar a ser vital en un momento de pérdida de tracción.

Así, los profesionales del taller deben concienciar a sus clientes de que un mantenimiento inadecuado de su automóvil puede restar efectividad a este sistema. Por este motivo, EuroTaller ha dedicado un artículo en su web en el que pone de manifiesto esa necesidad y da las claves para que los usuarios se den cuenta de la importancia de mantener su vehículo “sano”.

El ESP, recuerdan desde la red de talleres, realiza complejas operaciones, comparando la trayectoria indicada por el conductor con la que realmente traza el coche, analizando la velocidad de giro de las ruedas. Y, si es necesario, actúa sobre ellas redirigiendo el vehículo, gracias al frenado selectivo, para lo que recurre a elementos como el ABS.

De este modo, si piezas tan importantes como los neumáticos no están en buen estado; o el nivel de desgaste de las pastillas de freno es excesivo; o si los amortiguadores no están a punto, el conductor estará poniendo en riesgo la buena respuesta del ESP y, con ello, su seguridad.

EuroTaller sostiene que el funcionamiento óptimo del sistema (que se activará cuando más lo necesite el automovilista) “pasa por un buen mantenimiento general del vehículo, prestando mucha atención a las operaciones preventivas, como la sustitución de las pastillas de freno, el cambio de las ruedas o sencillamente la revisión de la presión de los neumáticos”.

El Control Electrónico de Estabilidad, recuerdan desde la enseña, puede reducir el 80% los accidentes ocasionados por derrapes, gracias a que contribuye a recuperar la estabilidad del coche, y también permite rebajar el 50% el riesgo de perder el control del vehículo.

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