El colector de escape, pieza que lleva los gases producidos en la combustión fuera del coche, es un sistema de tubos ubicados en el lateral de la culata, cuya principal cualidad es que está pensado para soportar altas temperaturas.

En un post publicado por EuroTaller, se detalla que según el número de cilindros del vehículo habrá más o menos tubos y su forma dependerá de si el automóvil es gasolina o diésel. Además, señala que otra de sus funciones es recoger los gases que circulan desde los cilindros por una o dos salidas en las que se sitúa la válvula EGR.

Pese a tener estas especiales características, los técnicos de EuroTaller señalan que es posible que surjan fisuras o grietas ante las elevadas temperaturas, teniendo como consecuencia la aparición de fugas.

Frente a esto, es recomendable que los profesionales indiquen a sus clientes que estas averías producen un sonido grave del motor y un olor a gas al acelerar para que, de esta forma, puedan detectarlas y acudir a un centro de reparación.

Por otro lado, según recuerda el artículo de EuroTaller, es probable que, si el colector tiene fugas, se produzca una falta de potencia en el vehículo, momento en que el cliente acudirá al taller y se quejará por los tirones que ha notado en la conducción.

Las revisiones periódicas de este elemento sirven, señala el mencionado post, para controlar el estado de las juntas y los tornillos y evitar averías mayores y más costosas, ya que los daños en la base del colector pueden llegar a influir en otras piezas. Además, mantener limpio este sistema permitirá que su duración y eficacia sea mayor.

En este sentido, advertir a tu cliente de esta circunstancia ayudará a mostrar que te preocupas por su vehículo, y su bolsillo, y favorecerá que se muestre receptivo a que realices otras comprobaciones y operaciones necesarias para mantener este elemento en las mejores condiciones.