Los últimos avances tecnológicos han conseguido automóviles que aparcan solos, que se cargan a la red eléctrica doméstica o que se adaptan a las condiciones meteorológicas a través de sensores. A pesar de todos estos adelantos, el automóvil del futuro no llegará hasta que los fabricantes no consigan hacer realidad la fantasía colectiva del coche que puede volar.

Un estudiante chino de diseño de videojuegos y animación ha profundizado en este sueño recurrente y ha ideado una cabina que se eleva varios centímetros sobre el sueño. El vehículo ha ganado el concurso “Coche para el pueblo” que Volkswagen ha impulsado en el país asiático.

El prototipo tiene formato cápsula y se inspira en algunos modelos propios de la ciencia-ficción como el que Bruce Willis conducía en la película "El quinto elemento" de Luc Besson. Con capacidad para dos personas, el  diseño incluye un volante a modo de ratón, sistemas antichoque y un mecanismo de conducción automática “manos libres”.

Un vídeo de Volkswagen muestra este modelo que quizá llegue a las calles en un futuro. Por ahora, sin embargo, los intentos más aproximados tienen más de avioneta que de automóvil como el “Transition” que se presentó el pasado mes de abril en el Salón del Automóvil de Nueva York.