Electromecánica | Consejos para evitar problemas al reparar el turbo

No realizar nunca el vaciado del aceite usado por la parte superior con bomba, una de las recomendaciones.

Consejos para evitar problemas al reparar el turbo
Consejos para evitar problemas al reparar el turbo

Falta de potencia, ruidos en el turbo o humo blanco. Seguro que todos estos problemas te suenan mucho si tienes un taller de reparación de vehículos. Suelen anunciar una avería en el turbo, un fallo bastante común especialmente entre los motores de pequeña cilindrada que proporcionan un elevado par y potencia, con o sin filtro de partículas.

Los coches con averías en este elemento son una pesadilla recurrente en los establecimientos de reparación. Por ello, Total ha dedicado un artículo en su blog en el que da algunas claves que ayudarán al profesional para que esta operación no le suponga un quebradero de cabeza.

Los motores turboalimentados, recuerda Total, entregan un rendimiento elevado, pero están sometidos a un alto estrés por las altas presiones y temperaturas de funcionamiento que soportan. Así, las piezas del motor realizan esfuerzos enormes. Si además no se mantiene el coche según las indicaciones del fabricante, entonces es cuando aparecen esos problemas que anuncian un "inminente desastre", como por ejemplo una rotura del turbo, recuerda el post.

Al desmontar el turbo, señala el fabricante de lubricantes, "te puedes encontrar con algunas sorpresas como, por ejemplo, que su eje esté roto, que exista un juego en el mismo, que falte la tuerca de fijación de este eje o que esté floja. Si no está la tuerca, ¡búscala! Si se queda dentro del motor después de la reparación, el turbo puede averiarse de nuevo".

Por norma general, al quitar el lubricante "verás que el aceite está muy degradado, cargado de carbonilla y más viscoso (un cliente te dirá que está espeso). También verás, al realizar la reparación, que la culata está impregnada de un lubricante muy viscoso y que el filtro del turbo está obturado, lo que impide el paso del aceite".

El exceso de carbonilla procede de la combustión y, sobre todo, se da en los motores con mucho recorrido urbano, que trabajan a bajas revoluciones durante pocos kilómetros. Así se forma una gran cantidad de carbonilla que va directamente al aceite, que se espesa. También se puede dar por problemas en el sistema de aspiración del aire, es decir, en el filtro y las conducciones, puesto que al disminuir la entrada de aire se puede producir una combustión deficiente.

En concreto, el efecto del espesamiento del aceite es mayor en los puntos donde el lubricante encuentra una mayor resistencia a su paso, de tal manera que el filtro de aceite del turbo será el más afectado, ya que su función consiste, precisamente, en que pase la menor cantidad de suciedad posible.

Como consecuencia, apuntan desde Total, se produce una "mala lubricación de los cojinetes del turbo y de su eje. Por eso se producen los ruidos del turbo e, incluso, su rotura en casos extremos, porque pasa muy poco aceite hacia estos elementos, que se desgastan en exceso". Actualmente, señala el artículo, en los kits de reparación del turbo "no se suele incluir el filtro de aceite para que el lubricante siga cumpliendo con su función en esta zona".

Aunque se haya solucionado la avería, se trata de un problema "bastante tozudo" que se puede volver a repetir. Así que, para tratar de evitarlo, Total recomienda algunas precauciones:

Controlar el filtro de aire y el circuito de admisión: "los defectos en la admisión de aire pueden provocar una formación de carbonillas elevadas debido a una combustión deficiente. Esto afectaría al aceite y aumentaría su viscosidad".

No dejar restos del turbo sustituido: "comprueba que no se haya quedado la tuerca de fijación donde no debe, trozos de los alabes o aceite sucio que podrían provocar una nueva avería. En muchos casos tendrás que realizar una limpieza del motor con aceite nuevo y eliminarlo en poco tiempo".

Comprobar si hay presencia de metales en el cárter del aceite: "si hace falta, limpia el cárter y haz una revisión completa que comprenda el tamiz de aspiración y la junta del tapón de vaciado, entre otros procedimientos".

Deshacerse de la suciedad que haya quedado en el sistema: "una vez reparado, puedes emplear algún producto limpiador de circuitos de engrase de motores. Normalmente se mantiene el motor al ralentí entre 10 y 15 minutos para eliminar después el aceite y el filtro. De esta manera no quedará suciedad en el sistema."

Verificar las presiones del sistema de lubricación: así verás si alguna parte del sistema presenta obturaciones que impiden el paso del aceite.

Total apunta que esta avería es "bastante tozuda" y, a pesar de que se hayan seguido con cuidado todos los pasos de la operadción, el coche puede volver al taller con el mismo problema. Esto se debe a que este fallo tiene mucho que ver con el tipo de conducción del cliente. Por esta razón, los fabricantes recomiendan cambios de aceite severos en estos coches, sobre todo, cuando aparecen por primera vez con esta avería.

Por supuesto, destaca el proveedor de aceites de automoción, "si no se han empleado los aceites adecuados para el coche o se ha realizado un vaciado incorrecto del lubricante, los problemas en el turbo pueden aflorar". Así, los fabricantes "ofrecen estas recomendaciones":

Lubricantes: Usar aceite sintético 5W-40 o un 5W-30 y si existe un filtro de partículas, deberá ser compatible con el filtro. Así, "los lubricantes 15w-40 y 10w-40 están prohibidos", alerta Total. Esto es así, argumenta, "porque un aceite sintético siempre es más detergente, por lo que tiene una mayor capacidad para evitar que las carbonillas se unan y espesen en aceite y, por tanto, facilita que el paso del aceite por los filtros de turbo".

Vaciado: con estos motores es "muy importante" seguir un sistema para el vaciado del motor adecuado, ya que si quedan restos del aceite usado, estarán muy cargados de carbonillas. Por tanto, "nunca debes vaciarlos por la parte superior mediante una bomba (aspirado). Debes eliminar el lubricante en caliente, aflojando el filtro del aceite para facilitar el vaciado y desmontando el tapón de llenado. Después dejarás que el aceite fluya como mínimo durante 10 minutos. Una vez vaciado, debes montar un filtro nuevo: si no lo haces, tendrás un aceite lleno de suciedad que podría dar problemas".

Para concluir, el artículo de Total, resumen algunos consejos para que la recurrencia de las averías del turbo deje de ser una pesadilla para tu taller:

– Establecer siempre cambios "severos" en este tipo de motores. Normalmente el aceite se cambiará como máximo cada 15.000 km o cada año.

– Avisar al cliente para que controle el nivel del aceite y realice los rellenados si es preciso. Este nivel debe estar por debajo del máximo y por encima del mínimo.

– Utilizar aceites sintéticos 5W-40 ó 5W-30 especialmente en este tipo de motores pequeños.

– Algunos fabricantes recomiendan limpiar el motor con un producto homologado que se añade al aceite entre cambios, aunque de momento esta recomendación no aparece en los libros de mantenimiento.

Por último, el Total recomienda no utilizar cualquier lubricante: "asegúrate de que el aceite que empleas cumpla con los estándares de calidad del fabricante. Es una buena manera de mantener a raya los problemas del motor y aumentar la satisfacción de tus clientes".

Si quieres consultar más contenidos sobre la lubricación de los vehículos, encontrarás más información en el blog de Total.

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