Internet dentro del coche, el coche dentro de internet y el coche en conexión con el llamado internet de las cosas y de los servicios. Aunque parezca un trabalenguas, no lo es: se trata de los planes de futuro que tiene Bosch, uno de los principales fabricantes de componentes y sistemas electrónicos para automoción, para el coche conectado del futuro. Unos planes que pueden influir, y mucho, en el trabajo de los talleres.

Bosch ya ha dado pasos en relación con todas estas premisas. Por ejemplo, desarrolla el sistema MySpin, con el que se pueden integrar smartphones en los vehículos, permitiendo que la pantalla del dispositivo móvil sea visible en el monitor central del automóvil.

El fabricante también apunta que, en el futuro, se podrán obtener datos sobre el estado de distintos componentes de un turismo, que se podrán transmitir a las bases de datos, donde se analizarán y compararán con un grupo de datos cada vez mayor sobre vehículos y usos similares.

Un ejemplo de aplicación sería un indicador de desgaste de las piezas del motor, que evitaría a los conductores quedarse parados con su vehículo en la carretera, ya que podrían cambiar a tiempo un componente dañado en un taller. Estas aplicaciones incluso pueden ayudar a los reparadores a planificar mejor su tiempo, al eliminar muchos trabajos imprevistos.

Bosch también explica que, desde mediados de noviembre de 2013, se utilizan tecnologías suyas para la conexión digital en red en el Principado de Mónaco en el ámbito de la movilidad, con aplicaciones que guían al conductor hacia la estación de recarga libre más próxima o reservan y pagan un aparcamiento adecuado por adelantado.

Todas estas tendencias, que actualmente pueden sonar a ciencia ficción, pueden llegar incluso a transformar por completo la realidad del sector de la reparación de vehículos en el futuro, cuando los procesos y transmisión de datos ganen presencia en la automoción.