Ante la previsión de la caída del 90% de los accidentes con la entrada en el mercado de los coches autónomos, las compañías de seguros de auto se enfrentan a un periodo de reestructuración “radical”.

Así lo ha afirmado Volvo Cars en una mesa redonda celebrada junto a Thatcham Research, en la que la marca sueca añadió que los vehículos sin conductor son “el mayor avance en la seguridad automovilística visto en los últimos años”.

El fabricante, que recientemente anunció que en 2017 probará sus vehículos autónomos por las calles de Londres, considera que la industria aseguradora “no tendrá más opción que reaccionar” a los “retos radicales de su actual modelo de negocio”.

De hecho, según un estudio de Swiss Re, la conducción autónoma podría reducir en 20.000 millones de dólares (17.265 millones de euros) a las primas de seguros en 2020.

“El impacto a medio y largo plazo en la industria aseguradora será probablemente significativo. Pero no hay que olvidar la verdadera razón de esto: menos accidentes, menos heridos, menos muertes”, explicó Hakan Samuelsson, presidente y consejero delegado de Volvo.

En la misma línea, Peter Shaw, consejero delegado de Thatcham Research, opina que, más allá de la reducción de los accidentes de forma “drástica”, si se produjera alguno, “la velocidad del impacto sería más reducida también por la actuación del sistema”.