Volvo espera integrar cien coches autónomos en el tráfico real de una ciudad en 2017. Así lo ha desvelado la marca, que se encuentra inmersa en el desarrollo de su sistema Drive Me para vehículos que conducen solos, tecnología que acaba de presentar.

La marca ha asegurado que tratará de preparar sus coches para conducir en escenarios de tráfico normales, pero también cuando el propio vehículo sufra algún fallo técnico, en lo que supone uno de sus mayores retos.

Logrará superarlo a través de un sistema de refuerzos que permitirán al dispositivo seguir funcionando de manera segura aunque un elemento del sistema se haya estropeado. Por ejemplo, si falla a la hora de accionar los frenos, este tipo de vehículos necesitará un segundo sistema que actúe de manera independiente, ya que es poco probable que el conductor esté preparado para pisar el pedal.

Entre los components de este sistema destaca la combinación de radares, cámaras y sensores láser para obtener una visión 360º sobre lo que ocurre alrededor del vehículo y generar un mapa en tiempo real sobre objetos estacionarios o en movimiento presentes en el contexto.

La información obtenida se combina con tecnología GPS y un mapa 3D de alta definición que se actualiza constantemente con datos en tiempo real que permiten al vehículo conducirse por sí mismo en cualquier situación.

Además, el sistema se conectará en la nube a los centros de las autoridades de control del tráfico para obtener más información. Estos centros de control también podrán comunicarse con los conductores para que retomen los mandos del vehículo en caso de que fuera necesario.