Menos concesionarios, pero más fuertes. Los ejecutivos de General Motors (GM) y Chrysler, ambas en quiebra, han anunciado su intención de cerrar 2.000 concesionarios en Estados Unidos dentro de su plan de viabilidad para salvar ambas compañías.
Según los técnicos de ambas compañías, el concesionario que no vende muchos vehículos termina por ser una carga para la empresa matriz ya que, si estos negocios no venden, tampoco lo hará la marca.
La fuerte competencia que viene de otros países y los problemas derivados de la inestabilidad del mercado energético que han venido afectando a ambas empresas desde hace dos décadas motivan que GM y Chrysler defiendan el cierre de concesionarios.
En la actualidad, GM cuenta con unos 6.000 concesionarios en Estados Unidos, frente a los 1.240 de Toyota o los 3.358 de Ford. Según sus ejecutivos, la firma espera quedarse con unos 3.500 concesionarios a finales de 2010.
