La seguridad en la transmisión de los datos es una materia clave para los vehículos conectados con su entorno. Así lo demuestran las primeras experiencias que se están llevando a cabo en esta área, como es el caso del programa BMW ConnectedDrive, que ha tenido que corregir una posible brecha de seguridad detectada por la asociación de automovilistas alemanes ADAC.

La solución de este tipo de problemas no tiene por qué implicar a los talleres, tal y como ha demostrado BMW a la hora de poner fin a esta brecha de seguridad, localizada en el canal de transmisión de información a través de la conexión del teléfono móvil.

En concreto, el fabricante ha corregido este fallo mediante la actualización automática y telemática de los vehículos con ConnectedDrive, que se produce tan pronto como estos se conectan al servidor de la marca o su conductor activa el servicio de manera manual.

Ahora, los paquetes BMW ConnectedDrive que se usan en los vehículos utilizan los mismos sistemas de encriptado que utiliza en muchos casos la banca electrónica. Por un lado, los datos están cifrados con el protocolo HTTPS (Hyper Text Transfer Protocol Secure) y, por otro, el vehículo verifica la identidad del servidor de BMW Group antes de que la información se transmita a la red del teléfono móvil.

Este tipo de actuaciones deja entrever que las marcas de vehículos muy probablemente articularán la solución a problemas relacionados con el software de los coches conectados por sus propios medios, sin necesidad de contar con su red de servicios oficiales para solventarlos.

Sin embargo, la actuación de los talleres seguramente sí será necesaria si existen problemas de hardware, lo que muy probablemente provocará la demanda de nuevos perfiles de profesionales en este tipo de empresas.