La crisis está provocando que los conductores eviten llevar su coche al taller para realizar las reparaciones de chapa y pintura que no cubre su seguro. En 2010, los talleres españoles sólo repararon el 30% de los golpes no declarados a las compañías aseguradoras. Un dato especialmente llamativo si tenemos en cuenta que este porcentaje alcanzaba el 44% en 2007, antes de la llegada de la crisis, y ascendía al 51% hace diez años, en 2001.

Por otro lado, la situación económica también está animando a muchos conductores a pasar su seguro a todo riesgo a la modalidad de terceros. Actualmente, según datos de la consultora Gipa aportados durante el II Congreso de la red CertifiedFirst, el 68,3% del parque de turismos español dispone de seguro a terceros, mientras que el 31,7% cuenta con seguro a todo riesgo (el 14,2% con franquicia y el 17,5% sin ella).

El conductor decide reducir la cobertura de su póliza según un criterio subjetivo, que es el valor que él mismo estima de su coche. Según Gipa, ese punto se sitúa de media en los 10.000 euros: cuando el conductor considera que su vehículo tiene un valor inferior a esa cifra, pasa su seguro a terceros.

Los seguros rebajan su cobertura y también su precio. En 2011, el importe medio de los seguros a todo riesgo en España se sitúa en 706 euros en 2011 (766 en 2006), mientras que el de terceros es de 385 euros (428 en 2006).