Los agentes atmosféricos son una de las causas por las que más sufre la carrocería del coche. Las lluvias de barro son uno de estos motivos que, además de dar un aspecto sucio y descuidado, pueden producir deterioros en la pintura del automóvil.

En este caso, o cuando el coche se encuentre lleno de polvo, con excrementos de pájaro o con resina de árbol, es aconsejable que los propietarios acudan a un taller donde lo primero que se debe hacer es limpiar la carrocería.

Este sencillo paso debe darse lo antes posible, explica Asetra en un artículo, ya que si el barro se seca, es más complicado limpiarlo y la pintura sufre más. En el caso de que se haya secado, es recomendable utilizar agua tibia para ablandarlo. Asimismo, el agua a presión será de excelente ayuda para no rallar la pintura.

En el momento de lavarlo, es mejor hacerlo de arriba abajo, indica el post, incidiendo en las zonas bajas del coche. Además, deben utilizarse paños suaves de microfibra o similar y productos adecuados para la carrocería.

Si pese a esta limpieza, se han producido pequeños golpes o roces, para evitar posible problemas de oxidación y corrosión es preferible reparar esos desperfectos.