Chapa y pintura | Curiosidades históricas del parabrisas

El parabrisas laminado, que se descubrió por casualidad en 1903, es uno de los inventos que más vidas ha salvado.

Seis curiosidades históricas del parabrisas
Seis curiosidades históricas del parabrisas

El parabrisas es el elemento a través del cual miran diariamente los conductores y, sin embargo, la mayoría desconoce su origen y la aportación que supone para la seguridad en el vehículo.

Con el fin de ofrecer datos tanto curiosos como interesantes, Carglass ha recogido en seis puntos lo más característico históricamente de este componente indispensable de seguridad que, en la actualidad, aporta hasta el 30% de la resistencia de la estructura del vehículo y es un elemento clave para evitar el hundimiento del techo en caso de vuelco, destaca la enseña.

Los primeros parabrisas

Los conductores de los primeros coches solían usar gafas para protegerse del viento, polvo y de las piedras que podían saltar de los caminos. A principios del siglo XX se comenzaron a introducir los primeros cristales frontales de protección. Pero pronto los parabrisas se ganaron mala fama, pues en un accidente se rompían en mil pedazos y causaban lesiones en los ocupantes, viandantes y motoristas; lo que también comenzó a provocar numerosas demandas. Por este motivo, cuando aparecieron los primeros coches cerrados, con cristales en los cuatro lados, muchas personas tenían miedo a subirse en ellos.

Henry Ford marca el camino

En los años 20 del siglo pasado, Henry Ford, convencido de la necesidad de fabricar cristales de automóvil (sobre todo parabrisas) más seguros. De esta manera, hizo el encargo a dos expertos de la compañía que crearon un nuevo proceso de fabricación de vidrio mucho más resistente y barato, ya que se producía en la misma planta de River Rouge de Ford.

El cristal laminado, una revolución descubierta por casualidad

El parabrisas laminado es uno de los inventos que más vidas ha salvado y lesiones ha evitado en la carretera. Y se descubrió por casualidad en 1903, cuando al inventor francés Edouard Benedictus se le cayó al suelo un vaso de vidrio y no se rompió en mil pedazos. ¿La causa? Ese vaso había contenido nitrato de celulosa y la película seca que quedó sobre el cristal mantuvo los trozos unidos cuando este se rompió.

Así, en 1909, Benedictus presentó la patente de dos capas de vidrio con una de celulosa entre ellas. En 1911 creó la Société du Verre Triplex, que fabricó un compuesto de vidrio y plástico para reducir las lesiones en accidentes automovilísticos.

No se decolora

El cristal laminado fue muy utilizado en las máscaras de gas durante la Primera Guerra Mundial, pero tardó en popularizarse en el mundo del automóvil por su precio y porque la capa intermedia se decoloraba con el paso del tiempo. Esta última cuestión se solucionó en 1938, cuando Carleton Ellis fabricó el butiral de polivinilo.

Un gigantesco aumento de la seguridad de los coches

No fue hasta bien entrada la década de los años 30 cuando los parabrisas laminados se popularizaron y se convirtieron en una de las innovaciones de seguridad más importantes de la historia del automóvil, por varios motivos. El primero, que el cristal ya no se astilla en mil pedazos, reduciéndose las lesiones a los ocupantes en caso de accidente. El segundo es que, al ser más resistente, evita que los pasajeros salgan despedidos fuera del coche en una colisión. Y el tercero, que aumenta la rigidez estructural del coche y protege del aplastamiento del techo en caso de vuelco.

Parabrisas pioneros

Oldsmobile fue la primera marca que incluyó el parabrisas como un elemento de serie en todos sus vehículos, en el año 1915. Ford lo ofrecía desde 1908 en su Modelo T, como una opción con un sobreprecio de 100 dólares (en un paquete junto al velocímetro y los faros).

El primer parabrisas de una sola pieza con formas curvas lo empleó Chrysler en 1934, en su modelo Airflow Custom Imperial 8. Mucho más tarde llegó el primer parabrisas panorámico, del que presumía el 'concept car' de General Motors LeSabre, presentado en 1951.

A principios de los años 30, Cadillac y Chevrolet comenzaron a diseñar coches con el parabrisas inclinado, por diseño y aerodinámica. En 1936 General Motors introdujo el parabrisas dividido verticalmente en sus coches. Y hay una patente de esos años del primer sistema antiempañamiento.

La historia de Ford con los parabrisas escribió un nuevo capítulo con el Ford GT de 2016, primer coche del mundo que monta un parabrisas con cristal 'Gorilla Glass'. Desarrollado para las pantallas de los smartphones, es más ligero (hasta un 30%, lo que permite ahorrar 5 kilos de peso), delgado (un 25%) y resistente a los arañazos que el vidrio tradicional. Está creado con muchas capas: una interior reforzada, una intermedia termoplástica absorbente de ruido y un vidrio recocido de capa externa.

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